El viceministro de Cultura y Orientación Islámica, Hosein Nushabadí,
ha afirmado que Hatamí se condujo "de forma inapropiada", con "falta de
consideración por los valores de la sociedad" y "en violación de las
creencias religiosas", informó hoy la agencia de noticias parlamentaria
iraní ICANA.
"La aparición inapropiada de mujeres iraníes fuera del país y en
particular la de artistas respetados por el público no puede ser
aceptada por iraníes nacionalistas y por aquellos que aman Irán",
declaró Nushabadí.
Según el viceministro, "la mujer iraní, sea o no artista, siempre ha
sido símbolo de la virtud y la modestia", por lo que "apariciones
inapropiadas como la que tuvo lugar recientemente en el festival de
Cannes no están en línea con las creencias religiosas".
Hatamí, protagonista de la oscarizada "Una Separación" del director
iraní Ashghar Fahardí, acudió a la alfombra roja con un atuendo que en
Occidente se consideraría enormemente pudoroso: un traje crema de
chaqueta con manga larga, una amplia y larga falda, que no marcaba sus
formas y una boina que cubría parte de su cabello.
Sin embargo, la falda no tapaba hasta los tobillos (aunque estos
estaban cuidadosamente cubiertos por unas densas medias blancas) y el
cuello y parte de su pelo eran perfectamente visibles, algo no permitido
a las mujeres en Irán.
Además, a su llegada a la alfombra roja Hatamí saludó al director del
festival, el crítico y director de cine francés Guilles Jacob, con dos
besos en las mejillas, algo que en Irán está solo permitido entre
parientes cercanos y en el entorno privado, pero nunca con alguien ajeno
a la familia y en público.
De hecho, en el país es poco habitual que los hombres saluden a las
mujeres siquiera con un apretón de manos, en general, se limitan a hacer
un gesto amable bajando la cabeza o a colocarse la mano derecha sobre
el corazón.
Aquí las imágenes: