El dia miércoles a eso de las 7 de la noche, en la gala de inauguración de la 67
edición de Cannes, Jacob recibió a Hatami en lo alto de la alfombra roja
y le dio dos besos en la mejilla, como hace con todas las mujeres.
Este hecho, así como un atuendo no enteramente conforme con el
estricto código de vestimenta islámica, han provocado severas críticas
contra Hatamí en Irán, donde algunos han entendido su comportamiento
como insuficientemente recatado.
Ante la polémica, Jacob reaccionó hoy a través de Twitter y explicó
que fue él quien besó a Hatamí. "En ese momento ella representaba para
mí a todo el cine iraní, después volvió a ser ella misma".
"Esta polémica basada en una costumbre habitual en occidente no tiene por tanto razón de ser", agregó en un segundo tuit.
El viceministro de Cultura y Orientación Islámica, Hosein Nushabadí,
ha afirmado que Hatamí se condujo "de forma inapropiada", con "falta de
consideración por los valores de la sociedad" y "en violación de las
creencias religiosas", informó hoy la agencia de noticias parlamentaria
iraní ICANA.
"La aparición inapropiada de mujeres iraníes fuera del país y en
particular la de artistas respetados por el público no puede ser
aceptada por iraníes nacionalistas y por aquellos que aman Irán",
declaró Nushabadí.
Hatamí, protagonista de la oscarizada "Nader y Simin. Una Separación"
del director iraní Ashghar Fahardí, acudió a la alfombra roja con un
atuendo que en Occidente se consideraría enormemente pudoroso: un traje
crema de chaqueta con manga larga, una amplia y larga falda, que no
marcaba sus formas y una boina que cubría parte de su cabello.
Sin embargo, la falda no tapaba hasta los tobillos (aunque estos
estaban cuidadosamente cubiertos por unas densas medias blancas) y el
cuello y parte de su pelo eran perfectamente visibles, algo no permitido
a las mujeres en Irán.
Aquí las imágenes: