Precisamente en esa estación sufrió una congelación en sus pies, después de trabajar descalzo en la granja en la que pasa horas y horas diariamente. Dejó pasar el tiempo y no se dio cuenta de la gravedad del asunto. Por desgracia, unos días más tarde su piel empezó a presentar un muy mal aspecto y el dolor que le causaba era insufrible.
Con la situación agravándose, el granjero acudió de urgencias al médico. Éste, evidentemente, no le dio buenas noticias. Había que amputar los pies: una operación que costaba más de 1.000 euros.
Dunhe no podía desembolsar ese gastó y decidió cometer la locura de operarse él mismo. ¿Cómo lo hizo? Con un trozo de vidrio. Seis horas de dolor y tormento, como confesaba a los medios locales.
Aqui las imagenes: