Aunque superó su adicción y rehizo su vida, la falta de ingresos provocó que debiera un mes del alquiler de la casa social en la que residía, lo que le hacía sufrir cortes de gas y de luz intermitentes, según afirma Hola.
Ahora, el golpe de suerto le ha permitido comprar una casa para él y su mujer y otra para cada uno de sus tres hijos. En los días posteriores a ganar el premio se mudó a una casa de lujo en alquiler, pero no se adaptó y ahora se ha establecido en un barrio más modesto.
Estas inversiones no le han impedido realizar una generosa donación a obras benéficas, lo que ha permitido que su caso trascienda y que se conozca su historia.
Aqui las imagenes: